Etiquetas ambientales, ¿Las nuevas protagonistas del reciclado?

Por Lic. Carolina Elizabeth Quagliata

Las dudas y confusiones a la hora de separar los materiales reciclables son habituales entre los vecinos de la Ciudad. En otros países, la incorporación de etiquetas ayuda como elemento informativo al consumidor. ¿Podrían contribuir al momento de separar los reciclables?

Cuando realizamos la separación de los residuos en nuestros hogares nos enfrentamos al dilema de saber si los envases son reciclables o no.  ¿Todos los envases se reciclan? ¿Cómo y dónde los disponemos de manera correcta? ¿Con qué tipo de materiales están fabricados? ¿Cómo resolver el misterio? Leemos el envase buscando alguna pista pero, en la mayoría de los casos las aclaraciones de este tipo son generales y confusas. 

En la Ciudad es obligatorio para los vecinos separar los residuos en  las fracciones reciclables y húmedos. En general el vecino separa, abre, lava, seca, dobla y realiza una infinidad de acciones sobre los envases que manipula. Prácticamente una tarea automatizada. El resultado: la entrega de un envase que ha cumplido con estas instrucciones. Sin embargo, muchas veces la disposición en los contenedores verdes resulta incorrecta. Más allá de la buena voluntad del vecino,  lo cierto es que de acuerdo a un relevamiento realizado por el Observatorio de Higiene Urbana, en la mayoría de los contenedores verdes de la Ciudad no se han encontrado solo materiales reciclables. 

Entonces, ¿Cómo podemos solucionar las dudas al momento de identificar que es reciclable? Una de las alternativas más comunes para resolver fácilmente la identificación en los envases es el uso de etiquetas. Las etiquetas ambientales vinculadas al reciclado pueden contribuir a resolver las dudas e inconvenientes al momento de saber que material compone  los envases  y, cómo y dónde disponerlos correctamente.

Las etiquetas son muy utilizadas en los productos de consumo masivo para informar distintas características respecto de su consumo,almacenamiento y nutrición, entre otras. De acuerdo a diversas consultas a consumidores en otras regiones del mundo, la etiqueta es el sitio más elegido para informarse sobre esta temática.

Esto nos conduce a preguntarnos: ¿Existen ejemplos de aplicación en el mundo? La respuesta es sí. Algunos países y regiones usan el sistema de etiquetado hace algunos  años, para informar al consumidor sobre los materiales que componen los envases e incluso cómo y dónde disponerlos correctamente. Las mismas se encuentran en envases de alimentos, perfumería y limpieza, electrónica, librería, mascotas, entre otros. No son obligatorias pero, tienen una gran aceptación por parte de los consumidores y fabricantes.

En el Reino Unido, por ejemplo, se ha creado un sistema de etiquetado que permite a los ciudadanos a través de una mirada rápida reconocer si el envase a disponer puede reciclarse y cómo hacerlo correctamente. Actualmente este etiquetado se encuentra en 84 de las 100 principales marcas de comestibles y es reconocido por 3 de cada 4 consumidores. Otros ejemplos son el de Chile y España, en donde las etiquetas incorporan además el porcentaje de material reciclado que tiene el envase consumido. En Chile, con menos de dos años desde su puesta en marcha, más de 70 empresas han adoptado este sistema (Imagen 1). 

Imagen 1: Algunos ejemplos de las etiquetas y sellos creados.


Y en la Ciudad, ¿Conocemos los símbolos vigentes en los envases? Desde el Observatorio de Higiene Urbana se realizó un cuestionario sobre etiquetado ambiental. El objetivo fue saber cuánto conocen los vecinos sobre símbolos y sellos vinculados a materiales, reciclado y disposición de residuos para productos de consumo masivo. Para ello, se formularon preguntas con respuestas de opción múltiple obteniendo una participación total de 436 personas. 

Entre los encuestados se observó un aceptable reconocimiento de simbologías como Moebius, FSC y resina PET. Otros símbolos como Tidy man, Alu (aluminio), el de disposición de residuos electrónicos y Green Dot obtuvieron menos reconocimiento. ¿Qué nos dicen estos números? Esto refiere a que el ciudadano observa y reconoce estos símbolos en los productos de su consumo diario. En el estudio mencionado, se observó que los símbolos que obtuvieron mayor reconocimiento se corresponden con la mayoría de los productos de consumo cotidiano (Imagen 2). 

Imagen 2: Resultados del cuestionario realizado a vecinos de la Ciudad de Buenos Aires.

La incorporación de un etiquetado en los envases de productos que asocie materiales, reciclado y disposición sería beneficioso para un abanico de actores. Al consumidor se le brindaría información creíble y precisa. Se fomentaría hacia un consumidor más informado y con más seguridad al momento de separar los residuos. Respecto al sector productivo, aumentaría su imagen positiva de la mano de un mayor compromiso empresarial. Y por último, el sector de gestión de residuos (administración pública y de recuperadores urbanos) con una mejora en la calidad de los residuos gestionados, sin necesidad de recurrir al descarte.

Para finalizar y, de acuerdo al recorrido realizado, resulta necesario mejorar la conexión entre el mercado, el consumidor y las necesidades propias del sistema de gestión de los residuos, de modo que brinden asistencia al vecino al momento de separar sus residuos. Es necesario mejorar nuestros hábitos de consumo y descarte de productos. La experiencia internacional demuestra la gran aceptación de los consumidores y del sector productivo.      La buena intención de los diversos actores ya está instalada, solo resta darle un impulso con el fin de mejorar nuestra calidad de vida y la del ambiente que habitamos.



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